Capítulo I ~ p.13&26
“El día en que sepas para qué me quieres, vienes y me lo dices”.
“Mierda que sigo igual. Tengo el jodido vicio de ser como soy. Por eso disimulo”
Capítulo III ~ p.64
Carajo, pensó, estaré en el umbral de un descubrimiento científico importante, nunca he leído nada sobre moscas cojiendo, a lo mejor soy el primer ser humano que ve a dos moscas coger. Y yo así como así, tan tranquilo.
¿Habrá estado sabroso?, se preguntó Héctor mientras las moscas elevaban el vuelo ya separadas, y sonrió.
Capítulo V [La Historia De La Muchacha De La Cola De Caballo] p.89
Entonces alguien dijo que no les gustaban los hombres. Y hubo que soportar el chisme y asumirlo.
Capítulo VI ~ p.105
(...)se volvía un aparato pensante hasta que los símbolos de la estación mecánicamente lo obligaban a bajar, a transbordar, a detenerse, a buscar la salida.
Capítulo VII ~ p.114&115
−Carajo −dijo Héctor−. Humberto Santoángel Williams... Puta, que buen nombre. Casi tan bueno como Héctor Belascoarán Shayne.
−Carajo... coño y puñeta −añadió en homenaje al nuevo cuate y siguió la rutina.
Capítulo X [El Diario Del Estrangulador] p.163
No era una profesionista ineficaz. Era una buena dentista... al menos eso decía mi padre... Quizá se hubiera acostado con ella alguna vez.
Capítulo XI ~ p.176,181,186&187
Trabajaron como poseídos por el diablo, un diablo burlón que acompaña a los que laboran horas extras sin presión de capataces.
Por qué esta necesidad de posesión total, por qué la necesidad de saber si otras mujeres han pasado antes por ti, por qué la necesidad de pionero? Se que este instante es totalmente mío. ¿No basta?
−Hay dos posibilidades, socia...
−Hay muchas más −dijo la eficiente secretaria impidiendo que el jitomate de la torta se le cayera mientras hablaba.
−Dos básicas...
−Mentalidad cartesiana.
−¿Se te ocurren más?
−Eso no quiere decir que no existan.
−Chingada madre... No se puede trabajar con una estudiante de filosofía.
4.23.2007
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